
El otro día, volviendo del trabajo, viajando en colectivo escuché en la radio la canción de Fito Paez , “Es sólo una cuestión de actitud”, ¿la escuchaste alguna vez? . Fito dice en alguna parte de la letra de la canción:
“Es sólo una cuestión de actitud
ir con taco aguja en pista de hielo
es sólo una cuestión de actitud
recibir los golpes, no tener miedo
es sólo una cuestión de actitud
y no quejarse más del todo, por cierto
es sólo una cuestión de actitud
atreverse a atravesar el desierto”
Escuchar esa canción me hizo pensar ¿qué es la Actitud? ¿Para qué está? ¿Cómo la reconozco? ¿Qué necesito para tenerla? ¿Cuándo aparece en mí? ¿Dónde se origina?.
Según el diccionario de la Real Academia Española, define “actitud” como disposición de ánimo manifestada de algún modo. Por otro lado, se la puede definir como un hábito de pensamiento que controla las reacciones espontáneas de una persona. La actitud determinará qué tan capaz es una persona en desplegar nuevas habilidades y conocimientos.
La actitud es nuestra habilidad de percibir y responder a nuestro entorno originándose en nuestro propio sistema de creencias. Podríamos decir: Dime cuáles son tus creencias y te diré cuál es tu actitud. Teniendo una actitud positiva, ésta nos permite avanzar motivados, inspirados y alentados con mayor facilidad ante circunstancias difíciles que necesitamos atravesar.
También podemos establecer que la actitud se forma a través de palabras que desencadenan imágenes que dan lugar a emociones que se transforman en sentimientos. El lenguaje es una herramienta poderosa, la forma en que hablamos y nos hablamos generan una actitud diferente. Dice Williams James, “el mayor descubrimiento de nuestra generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas alterando sus actitudes mentales. Eres lo que piensas”.
Hoy, ¿qué te estás diciendo que genera la actitud que estás teniendo en tu vida?, ¿en qué creencias se basa tu actitud? ¿qué necesitas y podés empezar a decirte hoy de manera de cambiar tu actitud?
Javier Rossi